En resumen, gratitud y reverencia
Al leer el primer capítulo de Romanos, entendemos que nuestra salvación eterna, pero también nuestro bienestar diario, simplemente se reduce a “a quién” elegimos reverenciar y a quién damos nuestra gratitud.
Al leer el primer capítulo de Romanos, entendemos que nuestra salvación eterna, pero también nuestro bienestar diario, simplemente se reduce a “a quién” elegimos reverenciar y a quién damos nuestra gratitud.
Como cristianos, a menudo imaginamos que la llenura del Espíritu Santo es una experiencia emocional. Puede que sea emocional o no. Pero debemos pedirle a Dios que nos llene regularmente con Su Espíritu Santo.
Seguir lo que Dios dice, especialmente en el área de las relaciones, puede ser difícil, e incluso frustrante, cuando vemos que las parejas incrédulas salen sin restricciones. Pero persevera: estarás feliz de haber mantenido tus normas.
Debido a que somos humanos y a nuestra carne no le gusta ser disciplinada, a veces podemos volvernos negligentes, lo que ralentiza nuestro progreso en la fe. Lo importante es no esperar hasta que sea demasiado tarde para volver a Cristo.
¡Es muy raro en la Biblia hablar de las grandes cualidades de la serpiente! Por eso, cuando Jesús nos pide que lo imitemos, debería sorprendernos lo suficiente como para hacernos pensar. ¿Qué nos enseña este pasaje?
¡Cualquier buen cristiano responderá “por supuesto”! Al tratar de ser una “buena persona”, automáticamente pensamos que somos dignos de confianza. Sin embargo, hay muchas pequeñas acciones que realizamos que pueden poner barreras en nuestras relaciones.
El libro de Deuteronomio es el último discurso de ánimo de Moisés antes de la entrada de Israel a la Tierra Prometida. Su discurso repite a menudo el mismo consejo: “recuerda”. Si queremos asegurar el éxito de nuestro nuevo capítulo, ¡tal vez deberíamos aplicar este mensaje también!
Los niños son impulsivos. A menudo los padres tienen que detenerlos diciéndoles: “¡Piensa en lo que estás haciendo!” Como adultos, ¿somos muy diferentes a ellos? Sin embargo, la Palabra de Dios dice que nuestro éxito radica en estos momentos de reflexión.
Le pedimos a Dios una solución particular y esa es el silencio. Incluso podemos terminar preguntando: “¿Dónde está Dios?” Nadie puede explicar todas las razones de estos silencios, pero aquí tienes algunas ideas para animarte.
Como buen jardinero, Dios no sólo se preocupa por la semilla que es su Palabra, sino también por la tierra de nuestro corazón, por el riego de su Espíritu, etc. Para un crecimiento espiritual saludable, necesitamos tanto conocimiento como experiencia.
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