La resolución de dar más
Al leer las promesas de Dios en la Biblia, dirigimos nuestras oraciones y acciones hacia lo que podemos recibir. Esto no está mal, pero también hay que recordar que a veces hay que tener determinación para dar.
Al leer las promesas de Dios en la Biblia, dirigimos nuestras oraciones y acciones hacia lo que podemos recibir. Esto no está mal, pero también hay que recordar que a veces hay que tener determinación para dar.
No hace falta ser licenciado en biología para entender que el agua estancada no produce nada bueno. ¡Allí se multiplican las bacterias y también los olores! Para que sea vigorizante, el agua necesita estar en movimiento. ¡Al igual que nuestra relación con Dios!
“Venid y adoremos”, reza la popular canción navideña “Adestes Fideles” (Venid Fieles Todos). Los reyes magos vinieron a adorar al nuevo rey. Pero ¿qué es exactamente adorar? Es mucho más que cantar hermosas canciones.
La Biblia no nos dice mucho sobre el cielo o lo que haremos durante nuestra eternidad con Dios. Pero una cosa es segura, siempre estaremos en la Presencia de Dios. ¿Estás listo para esto?
“Recuerda las promesas que me hiciste, en las cuales he puesto mi esperanza” (Salmo 119:49 RVC). Nos gusta recordarle a Dios todas las promesas que nos hace. Pero ¿qué pasa con las promesas que NOSOTROS nos hacemos a nosotros mismos?
La espera puede parecer larga… tan larga que nos preguntamos si Dios nos ha olvidado. Pero cuando pensamos que es demasiado tarde para nuestro milagro, ¡Dios nos sorprende con una solución que es más milagrosa de lo que imaginamos!
¿Cómo ha sido tu tiempo devocional últimamente? ¿Pasas momentos de amor con Jesús o, si encuentras tiempo para orar, es por obligación? A veces es bueno detenernos y evaluar nuestro corazón.
Se nos solicita de todos lados; tanto es así que podemos olvidarnos de descansar. No sólo para descansar nuestro cuerpo, sino también nuestra alma y nuestro espíritu. Sin embargo, Dios nos promete que su descanso es nuestra fortaleza.
“Ya no hay más condenación para los que están en Cristo Jesús”. Escuchamos esto a menudo en las iglesias que predican la gracia. Entonces, cuando nos sentimos culpables, ¿deberíamos rechazar ese sentimiento? ¡No necesariamente!
Después de un fracaso doloroso o de un sermón motivador, muchas veces tomamos la decisión de cambiar esto o aquello. Pero la mayoría de las veces no dura. ¿Por qué vuelven nuestros malos hábitos?
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Plantilla creada por Bootstrapious. Adaptada a Hugo por DevCows.